Saezuru Tori wa Habatakanai

Saezuru Tori wa Habatakanai (Pájaro que gorjea no vuela) es un manga escrito e ilustrado por la grandiosa Yoneda Kou.

El argumento trata sobre Yashiro, líder del grupo yakuza Shinseikai, que a su vez es un subgrupo del gran grupo Doushinkai. Yashiro es un lascivo ninfómano masoquista que únicamente piensa en el sexo debido a una experiencia traumática que tuvo durante su infancia. Aunque se acuesta con prácticamente cualquiera que se le ponga por delante, sólo se ha enamorado una vez, de su antiguo compañero de clase, Kageyama, pero nunca fue ni será correspondido. Un día, aparece ante él Doumeki, un ex policía que acaba de salir de la prisión y está pendiente de unirse al grupo. Yashiro se siente fascinado por Doumeki, el cual es extremadamente serio y silencioso, además de impotente, y acaba contratándolo como su guardaespaldas personal. Doumeki, por su parte, se siente atraído por la belleza de Yashiro, pero eso le acabará causando algunos dilemas inesperados...

Cabe decir que este manga es una secuela de dos one-shots (historias cortas) anteriores de la autora: Tadayoedo Shizumazu, Saredo Naki mo Sezu, que trata sobre parte del pasado de Yashiro y su vida de instituto junto a Kageyama, y Don't Stay Gold, que se centra en la historia de Kuga y Kageyama.

El manga es una mezcla entre los géneros de yaoi, drama y psicológico, y destaca en sus tres vertientes.

No sigue los estúpidos estereotipos aniñados del yaoi, siendo el seme (activo) impotente y el uke (pasivo) un yakuza ninfómano de mediana edad. La relación jefe-subordinado que se traen entre ellos, aunque típica, es transformada por Yoneda Kou en una historia única y sobrecogedora.

El lado psicológico es sin duda el principal. Se aborda e indaga en temas serios y de controversia como el abuso sexual a menores, violaciones, sadomasoquismo o el sadismo, además de la profundización psicológica de los personajes, sobre todo del entrañable Yashahiro, que en mi opinión es un personaje muy conseguido y llevado.

La historia no se centra sólo en la relación de los dos personajes principales, de hecho, ésta está relegada a un segundo plano ante los eventos y líos que pasa entre los yakuza.

Por otra parte, el arte es simple y efectivo. Se agradece el respeto de las proporciones, y el diseño de los personajes es sublime.