VITA THEATRUM.

«De un empujón entramos en escena.
Nuestros ojos, aturdidos, se encuentran con los suyos, impacientes. Se está esperando de nosotros algo que no sabemos dar: la actuación. ¿Qué creíais? Somos de los que despertamos sin alarma porque no nos gusta la vida automática, porque la vida automática requiere el ensayo de un guión y porque ese guión es obra de alguien que no somos ni tú, ni yo. Para ser más específicos, no queremos comodidades intelectuales, no queremos una mente vaga, sino una razón útil y provechosa.
Nosotros no dejamos de crecer y, como los árboles, anclamos raíces y lo hacemos a nuestro antojo. Ese es el trabajo que nos hace libres, la construcción de un pensamiento propio. Por eso, querido público, no nos ataca el pánico escénico, porque el miedo es, precisamente, la base de esta obra. Y no tenemos miedo.
Para que lo entendáis aún mejor, tratamos de sembrar la desobediencia, una desobediencia necesaria, y lo hacemos cuando nos negamos a ser lo que la sociedad quiere que seamos.
En vuestros términos podéis llamarlo improvisación o tacharnos de locos, directamente, mas no nos afecta. Sois vosotros los intoxicados de conformismo y, por lo tanto, los perjudicados si os da por morderos la lengua.» Yo.
La verdad es que escribo menos de lo que quisiera, pero... ¿Sabéis de estas veces que os invaden las ganas de expresar? Pues me acaba de pasar y he decidido compartirlo con vosotros sin objetivo alguno. Solo compartirlo. :____)

Mola. Mantente inconformista.