Texto 6 en la modalidad de prosa.

por Penquiu Mar 31 Dic 2013 - 11:34

GROSELLAS

Ese día el viento renunciaba a su aliento y permitía a las pequeñas azucenas salir al encuentro del anhelado sol. El prado pulsaba con el nacimiento de la primavera y los colores volvían a hacer acto de presencia en aquel sitio extraviado. Una vivienda de porte barroco se alzaba al final de un descuidado camino de tierra, majestuosa pero no de gran tamaño. Ahí, sentado en un banco de madera con la mirada perdida en la algarabía natural de la que no formaba parte, se encontraba Ceraph.

Sus ojos escarlatas habían aprendido a disfrazar de frialdad el hambre que lo azotaba con fiereza, un anhelo tan brutal que en ocasiones podía sentir su ser arder y su cuerpo temblaba desconsoladamente por horas, a veces días. Desafiar la naturaleza de su especie suponía un precio que pagaba con creces.

Claro que ese día no sería como los últimos centenares que había vivido, si no, la historia no empezaría aquí. Ese día llegó su esposa.

Llegó a pie, seguida por un hombre que podría ser su padre por el parentesco en el pelo castaño rizado y la piel pálida. El hombre se detuvo a cien metros de la casa, y la niña, de no más de 12 años siguió su ejemplo. Ceraph los observó intercambiar unas palabras, y ella, lanzando una última mirada de plegaria silenciosa a su acompañante, caminó hasta la solitaria figura.

Se detuvo de pie enfrente de Ceraph con la mirada agachada, sus manos apretaban con fuerza la falda de su vestido hasta dejar sin color los nudillos. El labio interior le temblaba, y Ceraph decidió que cualquier cosa que habría planeado decir no iba a conseguir salir de esa muñequita temblorosa.

- ¿Has venido para ser mi esposa?

La niña se agitó al oír la voz solemne y suave de Ceraph. Asintió casi imperceptiblemente con la cabeza, haciendo bailar las puntas de los mechones cortos y dispares sobre sus hombros. Ceraph sintió suficiente pena por la criatura como para tomar la resolución de que la rechazaría.

- ¿Cómo te llamas?

Por fin ella recuperó su habla.

-Dana.

La voz, aunque tartamudeante, era dulce y delicada.

- Yo soy Ceraph.

Era mentira, no se llamaba Ceraph, ni siquiera tenía nombre, pero se había acostumbrado a utilizarlo cuando la situación lo requería.

La pequeña volvió a asentir, pero esta vez levantó lentamente el rostro y sus ojos se encontraron. Ceraph respiró hondo. Dos enormes pozos oscuros le contemplaban desde aquella cara juvenil. Un escalofrío le recorrió el cuerpo, no eran los ojos de un niño, eran demasiado serenos dada su situación. Sintió algo removerse dentro de sí mismo turbando los fluidos cristalinos de su ser y tardó en darse cuenta de que era la curiosidad.

- ¿Es verdad lo que dicen en el pueblo?

Las palabras habían brotado como un manantial contenido por un tapón que acababa de saltar, interrumpiendo los pensamientos de Ceraph. Ella volvía a bajar la mirada, consciente de su atrevimiento.

-¿Que no eres humano? -siguió elevando la voz- ¿Que no envejeces?

Ceraph se mantuvo inexpresivo.Intentaba llevar su existencia de la manera más retirada posible, pero lo desconocido viene siempre acompañado por susurros rumorosos que se extienden como una plaga.

-Dicen que eres como un demonio… -lágrimas de terror amenazaban con caer por sus mejillas, pero Cerpah las atrapó a tiempo con el dorso de su mano, sobresaltando a la chica. Podía adivinar lo que veían esos ojos enigmáticos en él, un ser alto y mortalmente pálido, con cabello largo y de color platino y mirada espeluznantemente inhumana, un monstruo.

-¿Es tu padre el que te ha acompañado hasta aquí?-dijo ignorando cruelmente sus preguntas.

-Ha venido para llevarse el dinero con el que me vas a pagar-las palabras no salieron con la rudeza esperada, sino con humildad y aflicción.

Ceraph se preguntó si cualquier recompensa sería lo suficientemente valiosa como para entregar una hija a un desconocido que se rumorea que es un diablo. Sin embargo, había cambiado de opinión, la aceptaría.

Parecía obvio que el hombre no iba a acercarse más de lo necesario a su persona, así que buscó en su bolsillo la caja de terciopelo y después de sacarla, la abrió para mostrarle el diamante del tamaño que un puño que contenía. La niña abrió los ojos de par en par y tragó saliva audiblemente.

-Entrégaselo. Dile que puede venir a visitarte cuando quiera.-Ceraph adivinó que no habría tales visitas por la manera en la que la niña apretó la mandíbula y desvió los ojos.- También comunícale mi gratitud.

Ella asintió diligentemente y se alejó con pasos apresurados a seguir sus instrucciones para volver después de unos minutos. Su progenitor se dio la vuelta y se marchó por donde habían venido sin mirar una vez atrás, esfumándose entre la arboleada que le aguardaba más allá de la pradera y dejando atrás a la pequeña niña al borde del llanto.

Durante los próximos días, Ceraph empezó a sentir que el tiempo se despertaba de su eterno aletargamiento. Cada día, hora, minuto y segundo era distinto al anterior. Su existencia no admitía cambios para evitar alertar ojos suspicaces, pero a la vez, todo parecía diferente.

Se había percatado de que a Dana no le gustaba permanecer dentro de la casa, donde su única manera para tolerar las paredes tétricasy los cuadros extravagantes e inocuos era tararear melodías de tono infantil. Por ese motivo la había mandado poner en uso el pequeño invernadero que se encontraba detrás de la mansión y repletarlo de flores exóticas.

Amainó el nerviosismo que la carcomía por el silencio que reclamaba su silla en la mesa donde comían cada día, pues escasas eran las conversaciones entre ambos, pero Ceraph percibió que el ritmo de sus respectivas vidas se había acompasado en la armonía de la coexistencia.

-Mi señor, ya he recogido la cocina-anunciaba Dana una noche en la que los grillos traían las primeras premoniciones de verano.

Ceraph se encontraba leyendo un libro de poesía ayudado por la luz de un candelabro que proyectaba sombras danzantes por las paredes del salón.

-Ya puedes retirarte a tus aposentos, Dana-le contestó sin levantar la mirada de sus amigas de tinta negra.

Dana se quedó de pie junto a la puerta moviendo las manos desde un extremo de su vestido a otro.

-Buenas noches. –dijo antes de marcharse.

Ceraph casi dejó caer el libro que sostenía, atónito, era la primera vez que recibía tal despedida. “Buenas noches…” saboreó los dulces fonemas en su paladar y se sobresaltó al sentir un hormigueo cálido en sus entrañas al que no conseguía encontrar sentido.

Con un suspiro, dejó su libro sobre la mesita y se encaminó hacia su habitación, atravesando pasillos y escaleras en los que reinaba la oscuridad.

Dejó caer su larga melena y se desprendió de toda prenda antes de adentrarse entre las sábanas de algodón de su lecho. En momentos como ese, antes de sumirse en sueños incoloros de otros tiempos pasados, le volvía a azotar el lengüetazo de necesidad. No era un demonio, no le había puesto tal nombre a los de su especie, pero tampoco era un mortal. Su fuerza y vitalidad se alimentaba de la crueldad y el odio de los humanos. Ceraph había practicado todo tipo de artimañas para nutrir su poder, llegando a asesinar para producir deseos de venganza o a torturar para generar odio en sus víctimas. Aquellos días, sin embargo, habían llegado a su fin. Se había retirado a la contemplación y reflexión, rechazando su naturaleza aberrante, pero la inactividad había traído de la mano una sofocante apatía. Con el objetivo de escapar de ella, había hecho correr las noticias de que pagaría a aquella familia que le entregase a una doncella destinada a ser su esposa.

El crujir de la puerta le hizo abrir sus ojos de golpe y su cuerpo se tensó en alarma. Buscó la fuente que había perturbado su sueño, y cuando la encontró, su perplejidad fue en aumento. Dana se encontraba desnuda en el umbral de la puerta. Podía oler su nerviosismo desde ahí y Ceraph se preguntó qué le había hecho cruzar desvestida esos corredores que encontraba aterradores por la noche hasta sus aposentos.

-Dana, ¿qué pasa? – intentó que el timbre de preocupación no se notase tintando su voz.

Como toda respuesta, ella apretó los puños y se acercó hasta su lecho. Leyó el temor en sus ojos como un cazador que se encuentra de frente a su presa a punto de quitarle la vida. Con titubeante lentitud, Dana se montó en la cama. Su respiración acelerada bañó el hombro de Ceraph que asomaba entre las sábanas.

-Mi señor – su voz era casi inaudible – Como esposa, permítame ofrecerme.

Ceraph permaneció en silencio por unos momentos, su cuerpo y mente congelados por el asombro. Estiró su mano izquierda y acarició la mejilla de la pequeña humana, sorprendiéndose al comprobar que no había llorado de camino hasta su habitación. Su mano descendió por el cuello delgado y siguió por el brazo hasta la mano diminuta, dejando a su paso un rastro de temblores nutridos por el miedo y la aprensión.

-Ven aquí- le comandó a la vez que tiraba suavemente de su brazo.

Ella le obedeció y se apoyó contra su torso, dejando su cabeza descansar entre su pecho y su hombro. Ceraph vio cómo intentaba combatir el instinto de salir corriendo. Buscó en los recovecos de su ser algún poder conciliador, y cerrando los ojos, reprodujo en su mente el ronroneo de un arroyo dejando que el sonido invadiese los otros sentidos. Sus brazos envolvieron a Dana y sintió como el lago turbado en su interior iba encontrando sosiego y su respiración se pausaba regresando a su ritmo normal. Llevó una mano hasta su cabeza y acarició su cabello con suavidad.

-Dana, ¿has tenido tu primer ciclo?

Dana negó efusivamente con la cabeza.

-Agradezco tu ofrecimiento, pero tu cuerpo y mente son demasiado jóvenes –ella elevó el rostro pintado por la sorpresa ante tal sentencia- El tiempo no es un problema, esperaré hasta el momento adecuado-le dijo dirigiéndole una pequeña sonrisa conciliadora.

Los ojos de Dana le seguían resultando entrañables, pero esta vez vio algo más nítido reflejado en ellos. Fue durante una fracción de segundo, y Ceraph perdió de vista el indicio del misterio que escondían. En escalofrío de inquietud le recorrió el cuerpo, y Dana respondió a éste de nuevo temblando.

-Dana, ¿quieres dormir aquí esta noche?

Estudió atentamente la expresión de la chica y se alivió al comprobar que no había irrumpido su calma.

-Sí, mi señor, sería un honor.

No detectó que la cortesía disfrazara sentimientos contrarios a su respuesta, así que tiró de las sábanas para que cubriera a ambos y envolvió al cuerpecito de Dana de nuevo en sus brazos. Ceraph se recreó en las pequeñas diferencias que presentaban, la piel desnuda de ella era más cálida que la suya, y el palpitar de su corazón más ligero. Poco a poco sintió cómo los dos se sumían en la templada niebla del sueño y se preguntó si habría vuelta atrás a su existencia tal y como la conocía después de esa noche.

-Dana… -sus labios se movieron susurrantes antes de caer dormido –amanecer después de la noche más gélida.

El invierno reclamaba su trono en las cumbres una tarde en la que Ceraph se dirigía al invernadero en busca de Dana, nueve meses después de su llegada.

Se detuvo en la entrada, no queriendo traspasar el espacio personal de ella. Dana se encontraba agachada en el suelo de espaldas a él, atendiendo un arbusto de grosellas. Iba a llamarla por su nombre cuando ella rompió a toser. Ceraph reparó en las gotas rojas que acababan de salpicar el suelo a los pies de su esposa.

Entonces entendió por qué le habían resultado tan enigmáticos e indescifrables los enormes ojos de Dana.

Eran los ojos de alguien que sabe que va a morir.

por Penquiu Sáb 4 Ene 2014 - 4:49

Madre mía, uno se sorprende de la calidad literaria y la imaginación que hay en el foro.
No creo que haya mucho que decir al autor/a del texto. Simplemente maravilloso. Lleno de descripción, sentimientos y sorpresas.
Algo que me ha hecho retorcerme quizás ha sido el final inesperado, ni si quiera sé si me gusta o no. Puede que sea un fallo, o no.
Mis felicitaciones de corazón.

por DavidSlap Vie 10 Ene 2014 - 3:24

Este texto es sin duda uno de los que más me han gustado. Antes de nada, he de decir que un relato es bueno si te atrapa, y este cumple las expectativas con creces. Vamos a ello:
En el principio del relato has cometido un fallo estético muy gordo, pero no crucial. Las palabras <<viento – aliento – encuentro – nacimiento>>... Es una cacofonía muy grande, chirría bastante al leerlo, así como el final del tercer párrafo (llegó) y el comienzo del cuarto. Pero son meramente estéticos y fonéticos, si lo lees en voz alta te darás cuenta. En contrapunto has descrito con eficacia el lugar en que se desarrolla la historia en apenas cuatro líneas, lo que ya supone una facilidad enorme para que el lector se sumerja en la historia. También me gusta que utilices nombres poco comunes, o inventados incluso, ya que dan mucha personalidad al personaje en cuestión y son fáciles de recordar. He de decir que nada más empezar a leer me he dado cuenta de quién es el autor del relato, y dudo equivocarme. Has utilizado un lenguaje claro, das comparaciones y detalles muy buenos y con originalidad, lo que me da a entender que tienes una personalidad a la hora de escribir bastante fuerte.

Consigues que los personajes tengan su propia personalidad y aún así les das un punto de misterio que hace que quieras saber más de ellos, sobre todo con Ceraph, del cual solo puedo atribuir su existencia a que es la representación física o somatización del odio (entiéndase como odio todo lo malo) de la humanidad. Por otro lado, la niña es a lo largo del relato un personaje más pobre y simple: sólo sabes que ha sido vendida por sus padres y tiene miedo, y su condición de sumisa. Me ha faltado personalidad en Dana, pero el misterio que la rodea la salva como personaje. Aún con todo consigues dar un ostión (hablando en plata) al decir al final del relato lo que le pasa.

El desarrollo del cuento es muy bueno, cuentas cómo Dana se adapta y en cierto modo llega a encariñarse de una forma un tanto ambigua con Ceraph. Me gusta el detalle de la actitud de este último personaje para con el tiempo. He advertido un fallo ortográfico, has escrito <<arboleada>> en vez de <<arboleda>>.
La parte final es la que más impacta en el mejor de los sentidos. No es algo que hubiese esperado, y en un relato lo que más agrada es que te sorprendan. El final en el que se revela que la chica va a morir me hace pensar muchísimas cosas: Que ella y su padre obviamente lo sabían, que había conseguido un sitio donde estar a solas (el invernadero) para pasar tiempo alejado de Ceraph y mantener oculta su enfermedad, y más lejos aún: que Ceraph, el ser creado a partir de todo lo malo de la humanidad, con la meditación y su distanciamiento de la sociedad, ha olvidado su condición de ser maligno, y esto lo ha llevado a ser engañado por un aldeano que sólo buscaba dinero vendiendo a su hija enferma... ese tipo de cosas que hacen que el relato no pueda seguir escribiéndose pero dejan un final abierto a la imaginación. Cómo no, hay fallos, y he advertido leísmos que en la relación entre Ceraph y Dana (ella está sometida por su miedo a él) no suenan bien. Si pruebas a escribir loísmos y laísmos quedaría mucho mejor.

Me ha encantado y de hecho te animo a que lo revises, es un relato de alta categoría que más pulido aún podría ser enviado a otro concurso de más renombre.

por Torse Sáb 11 Ene 2014 - 8:16

Me ha encantado, es una historia profunda con un final inesperado, sin duda la historia es muy completa, que cuenta con muchísimos detalles y que ha llegado incluso a impresionarme con el final, te felicito, no muchos lo consiguen.

El texto mantiene una estructura muy cuidada por los continuos espacios entre parrafos, tiene una complejidad lingüistica muy atractiva y un personaje que nos hace ver un punto de vista distinto de lo que solemos ver, es algo que no se ve todos los días, me ha gustado mucho tu originalidad escribiendo este texto, te animo incluso a seguir escribiendo sobre esta historia. Poco mas que decir que es un increible trabajo. Gracias por participar.

por Twig Dom 12 Ene 2014 - 10:20

Algunos escriben para desahogarse, otros para reflexionar, otros para lanzar críticas cargadas de esperanza... En casi todos los casos, lo que escribo nace a raíz de una idea que surge a veces de manera espontánea y a veces de forma lenta e interrumpida. En el 99% de los casos se quedan en simples ideas que no ven la luz del día, pero de vez en cuando me atrevo a plasmar una de esas historias, ya sea por motivación propia, por un concurso o por algo del estilo.
Así que teniendo en cuenta que mi motivación principal para escribir es transmitir una idea, una historia, me alegro un montón que os haya gustado y tengo muchas ganas de seguir mejorando.

Soy consciente de que tengo que mejorar en cuanto a calidad literaria. Gracias DavidSlap por apuntar mis fallos. Del algunos, como la cacofonía del principio, era consciente, de otros no.
También has interpretado a la perfección la historia. Iba titularla "El Timo" o algo así, pero me pareció que sería espoileante. En efecto, el aldeano vendió a su hija porque ella estaba enferma y ambos sabían que iba a morir. Por eso Ceraph intuye que Dana oculta algo, y normalmente podría averiguarlo, pero al ser inmortal no llega a comprender la muerte de la misma manera que los humanos y no desvela qué secreto ocultan los ojos de ella.
Has dicho que actúa como sumisa, no me lo había planteado, a mis ojos es una niña resignada a la muerte que sabe que le llegará en breve mientras pasa sus últimos días con un hombre que al principio la aterra.... y al que luego compadece.
Un cuento corto debe sugerir más que explicar, por eso lo dejo a la libre imaginación e interpretación del lector. En mi mente, Dana llega a comprender la desolación y tormento de Ceraph, y se llega a sentir hasta culpable sabiendo que su muerte no lo va a dejar indiferente. Quizá por ello quiere hacer algo por él como ofrecerle placeres carnales.

El final es necesario, justifica la historia en sí. No lo cambiaría y no continuaría la historia. En todo caso podría alargarla rellenando el tiempo entre medias, pero gracias por los ánimos.

Muchas muchas muchas gracias por las críticas, ahora me voy a poner yo con los otros a ver si puedo aportar algo.

P.D. En serio, todo esto es porque aparece una tía desnuda, ¿eh?

por Kelevra Dom 12 Ene 2014 - 10:25

A mí me ha gustado mucho, aunque me ha recordado demasiado al del concurso anterior. Pero me gusta que abordes ciertos temas, la comprensión de la muerte y la existencia desde varios puntos de vista. Siempre me gusta lo que escribes.

por **Maximetinu** Dom 12 Ene 2014 - 11:26

Tú ya sabes lo que pienso del texto, Twig. TIENE QUE SEGUIR-

Es una genialidad, pero falta empatizar aún más con la naturaleza del bicho y sobre todo con la de Dana, y AÚN AÚN más con la relación entre ambos. Necesitamos más momentos, más historias, más cosas inexplicables hasta que se desvela el momento final. Y que a partir de ahí tú decidas si continúa o no, pues se pueden sacar mil cosas de ahí.

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Inciso: estar 4 líneas significan lo siguiente: continué el post a partir de ahí diciendo muuuuchas muchas cosas, pero son cosas tan geniales y chocantes que no quiero que se queden en un mero post y prefiero decírtelas en persona. Twig, por favor, esta historia es genial, continúala. Es que me ha inspirado mucho, es que es tan solo un 2% de todo lo que puedes llegar a contar con eso, has dado con una base idónea, perfecta, por ser solo eso: una base. No leas esto como un simple post, tú y yo tenemos que hablar en persona más seriamente.

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Yo no le hubiera dado el puesto de ganador a este relato solo por la rabia que me da que no sea todo un libro. Pero, sin embargo, el otro que está a su altura es el de Sarastro, que yo lo veo peor por cosas que explicaré en su tema, y puesto que el mío tampoco lo considero a la altura, por mi parte también te habrías llevado el puesto ganador, así que de esta conclusión saco que el jurado ha hecho el mejor trabajo que podría hacer.

por Abracadabra Dom 12 Ene 2014 - 23:33

Sin palabras. Chapó.

por DavidSlap Lun 13 Ene 2014 - 2:50

¡Que no Metinu, coño ya! Que esa historia NO DEBE CONTINUAR. Que cuando leí el final estaba dando tantas ostias al escritorio diciendo ''No puede ser'' que mi madre me la lió por hacer ruido x) En todo caso, retocarla y perfeccionarla sí, añadirle cosas pero sin recargarla mucho y teniendo en cuenta lo que nuestro profesor Antonio llama ''curva de interés'' o algo así.

Twig, yo de verdad te animo a que lo edites y retoques muy muy bien pero sin recargarlo de cosas y dejando ese final. NO ALTERES NADA, SOLAMENTE RETOCA Y RELLENA SI CREES QUE LO NECESITA. Es un relato muy tocho y te exijo que lo envíes a algún concurso.

por Twig Lun 13 Ene 2014 - 9:57

Metinu, me encanta que te haya gustado la idea, pero esta idea se me ocurrió mientras pensaba en qué escribir para el foro. Vamos, que la historia la planeé motivada por el concurso y ateniéndose a los límites que se imponían. Recuerdo que el límite iban a ser 1500 palabras y pedí que se ampliase porque sabía que no me iba a dar para lo que quería.

Como ha dicho DavidSlap, puedo ampliarla un poco y retocarla, pero de verdad que hoy por hoy no la intentaría transformar en algo que no es un cuento corto, fue creada para ello.

Lo que menos me gusta es cuando se cuenta muy por encima la naturaleza de Ceraph. No sé si debería añadir más información ahí o si restarla, o si escribir esa parte de manera más abstracta...

Twig, yo de verdad te animo a que lo edites y retoques muy muy bien pero sin recargarlo de cosas y dejando ese final. NO ALTERES NADA, SOLAMENTE RETOCA Y RELLENA SI CREES QUE LO NECESITA. Es un relato muy tocho y te exijo que lo envíes a algún concurso.

Tío, flipo con que os haya gustado, ya me puedo morir feliz.
No estoy muy enterado de concursos, pero si es gratis participar deberíamos hacerlo todos.

por **Maximetinu** Vie 17 Ene 2014 - 12:40

Twig escribió:
Tío, flipo con que os haya gustado, ya me puedo morir feliz.

¡OBJECTION! Texto 6 en la modalidad de prosa. 1273529070

Tu no te mueres hasta que no termines este relato. Quiero conocer más a Ceraph.

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